domingo, 25 de octubre de 2009

EVOLUCION Y ANATOMÍA


Evolución
Durante mucho tiempo se pensó que los delfines, junto con el resto de los cetáceos, eran descendientes de mamíferos terrestres, los mesoniquios, orden extinto de ungulados carnívoros. Sin embargo, se ha demostrado que en realidad los cetáceos (incluidos los delfines) están estrechamente emparentados con los artiodáctilos, en especial con los hipopótamos.

Se calcula que durante el Eoceno (alrededor de cincuenta millones años atrás), los ancestros de los cetáceos se refugiaban en el agua, de modo similar al tragúlide.
Evidencias fósiles demuestran que los odontocetos aparecieron en el Mioceno. Los primeros delfines conocidos pertenecen a los géneros Kentriodon y Hadrodelphis, de la familia Ketriodontidae. Estos delfines primitivos poseían un desarrollado sentido de la ecolocación y el órgano del melón Los esqueletos de los delfines modernos poseen dos pequeños huesos en la zona sacra de la columna vertebral, que corresponde a vestigios de la pelvis.

Anatomía
Las especies pertenecientes a la familia Delphinidae poseen un cuerpo fusiforme, adaptado a la natación rápida. Al igual que otros odontocetos, en la cabeza poseen el melón, un órgano esférico que utilizan para la ecolocalización. En varias especies las mandíbulas se alargan, formando un hocico delgado distintivo. La dentición pueden ser muy numerosos (más de 250) en varias especies. Su cerebro es grande, con la corteza cerebral bastante desarrollada. Los patrones básicos de coloración de la piel son tonos de gris, con mayor claridad en el vientre y rangos más oscuros en el lomo. A menudo se combina con líneas y manchas de diferente tinte y contraste.

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